Una de las cosas que al principio más desconcierta de Alemania es el
silencio. En las calles, plazas y parcos no se oye el bullicio típico de
las ciudades españolas e italianas.
Los vecinos (alemanes) no hacen ruido, los niños juegan sin gritar y también los perros están callados.
Hasta
los músicos callejeros, en el lugar de tocar libremente, ofrecen cascos
asi que sólo los que quieren escuchar puedan hacerlo sin molestar los
demás…y de esta forma, una vez que te has puesto los cascos, tienes que
dejar propina!