martes, 7 de abril de 2015

El enemigo público


Nada aterroriza más los ciudadanos de Hamburgo que los mohos. De hecho el clima húmedo de esta ciudad favorece el desarrollo de estos organismos en la comida o en las paredes con una rapidez increíble.

El problema de los mohos es así común que hasta en la plantilla del contrato de alquiler estándar de Hamburgo hay un lema que obliga el inquilino a abrir las ventanas para cambiar el aire en los pisos “también en las estaciones frías del año”.

Todo esto lleva a la costumbre menos ecológica de los alemanes del norte: abrir y dejar abiertas por largos tiempos las ventanas a pesar que la calefacción esté encendida.