El ingrediente más presente en los platos cocinados en Alemania es la nata y sus variaciones cómo crema agria, crème fraîche o smetana. Se pueden encontrar como ingredientes en sí o en los miles de tipos de cremas y salsas que acompañan las comidas.
No solo nata, sino también salsas de yogur o mantequillas aromatizadas tienen sus rinconcitos en los platos alemanes y, si se quiere dar un toque más "exotico", echan salsa de gorgonzola así de repente es un plato italiano.
Añadir grasas es la forma más rápida y barata para hacer la comida más sabrosas y aquí, donde la alimentación no es parte fundamental de la cultura, es lo que más se usa.
Y si al principio da gusto descubrir y probar todas esas salsas con el tiempo se prefiere esquivarlas, pero con muchas dificultades.