Con el clima navideño prosperan las plazas en las que se venden pinos
para hacer el árbol de Navidad en casa. Lo que me parece una barbaridad
es el hecho de cortarlos y venderlos sin raices y que sea imposible
volver a plantarlos. Son plantas muertas pasada la Navidad se tiran o se
queman.
Con toda la sensibilidad para la ecologia que demuestran los alemanes en otras situaciones este comportamiento no lo esperaba.